Reflexiones: Borges y la ceguera

  • Salvador Dellutri Tierra Firme
Publicado
2011-07-01

Resumen

Es imposible hablar de la ceguera de Borges sin caer en el lugar común de citar su Poema de los dones: Nadie rebaje a lágrima o reproche / Esta declaración de la maestría / De Dios que con magnífica ironía / Me dio a la vez los libros y la noche. Fue escrito en 1958 e incluido, dos años más tarde, en El Hacedor. Borges recibió dos dones simultáneos y contrapuestos: fue nombrado director de la Biblioteca Nacional en 1955 y, a la vez, toma conciencia de que tiene que abstenerse por completo de leer y escribir. Estaba rodeado de códices antiguos, enciclopedias, páginas impresas por Gutemberg, manuscritos miniados, atlas fantásticos, incunables... eran más de 800.000 volúmenes que compendiaban la cultura.  De esta ciudad de libros hizo dueño / A unos ojos sin luz, que solo pueden / Leer en la biblioteca de los sueños / Los insensatos párrafos que ceden. / Las albas a su afán. En vano el día / Les prodiga sus libros infinitos, / Arduos como los arduos manuscritos / Que perecieron en Alejandría.