Editorial:Y AHORA, ¿EN QUÉ CREER? Por Carlos-Roberto Peña-Barrera (editor en jefe) |
Gracias a los acelerados medios de comunicación, en especial los de
Internet, y dentro de estos, por supuesto, los de las redes sociales, nos
enteramos de muchas cosas que pasan aquí y allá, aquí y en el más allá. Y aunque
la tendencia es a leer cada vez menosde una cosa, creo que estamos leyendo más,
pero de muchas cosas, a una profundidad de un meñique. Agregado a ello, le
añadimos nuestro toque de entendimiento e interpretación. Lo que se publica
quizá no es lo mismo que entendemos y, en ese sentido, luego lo hablamos, y
parece que, en muchos casos, terminamos hablando no de la pelota negra sino de
la negra empelota.
Me gusta leer de ciertos temas, y hubo uno que se coló en los últimos
meses, gracias a unos videos y blogs que me compartieron por WhatsApp, que me
llamó la atención: que dizque la Tierra es plana. He leído y visto videos que
están a favor y en contra. Y como es un asunto que por cuenta propia es tan
difícil de probar, uno asume que los científicos tienen razón y que sus pruebas
son válidas e irrefutables; que lo que nos cuentan es verdad y que lo que nos
enseñan en las instituciones de educación es la pura verdad.
Mentiras. Creo que la gran mayoría de las cosas que nos cuentan los medios
masivos, los libros de escuela, de historia, las noticias en radio, en televisión,
en Internet, son puras mentiras. Porque la verdad es 100% verdad. Si es 99.9%,
no es verdad. Así es. Y no solo lo digo por lo que sucede con otros, sino
también porque me ha pasado. En alguna oportunidad, en uno de los periódicos
más importantes de mi país, publicaron que el grupo de investigación que dirijo
está vinculado a una de las más famosas y reputadas universidades de Estados
Unidos. Cuando lo leí con mi esposa, de verdad que me reí, y fue como una
combinación de risa con desagrado, porque, aunque uno les diga las cosas
masticadas a algunos informantes “formados”, les gana el amor al dinero y
escriben y divulgan no la verdad, sino lo que le atraiga lectores y consumo al
sistema.
Gracias a Dios, ya no veo noticieros, porque, como escuché alguna vez de
mis mentores favoritos, son las mismas desagradables cosas sucediéndole a
diferentes personas. Esta declaración me pareció irrefutable. Totalmente
cierta. Es la misma puñalada a diferentes personas. Es la misma asquerosa
corrupción de los que elegimos, pero en diferentes periodos. Como cita Salomón
el sabio, no hay nada diferente debajo del cielo. Nuestros corazones son los
mismos. Por tanto, nuestras reacciones son las mismas… por siglos. Al inicio,
como humanidad, se nos hizo creer que la verdad era una mentira, y creímos esa “verdad”.
Y cuando escuchamos la verdad, creemos que es mentira y la rechazamos.
Esto es absurdo. Estamos amando a las cosas y usando a las personas. Por
eso es que hoy día es tan difícil saber qué es verdad en cuanto a muchas cosas.
¿La Tierra es plana o redonda? ¿Hay o no satélites? ¿Los extraterrestres están
entre nosotros? ¿Sí existe el planeta X? ¿Todos los presidentes son masones? ¿Estamos
vendidos como pueblo humano para que solo queden los pocos liderados por los
iluminati? ¿Nos están envenenando con las estelas de humo que vemos en el cielo
después de que pasa un avión? ¿Las vacunas nos están matando? ¿Todas las enfermedades
ya tienen cura, pero no las aplican por el negocio de la farmacéutica?
Creo que sí… que es plausible. Creo que estamos como Neo antes de la
pastilla roja y azul. Estamos en la matrix. Estamos en un mundo donde la mayoría
de las más importantes cosas no las conocemos de lejos ni un poco. Creo que nos
mienten desde que entramos a la escolaridad por personas que ni siquiera saben
que mucho de lo que enseñan es mentira, y todo, con el propósito de ser unos
esclavos para la élite, que no nos ve como humanos sino como esclavos o peor.
Nos quieren matar. A todos nos quieren matar. Ya sea por la maldita droga
que pulula en cualquier esquina. Por la comida costosa que compramos. Incluso
las frutas y verduras que “nutren” con químicos y agua contaminada que nos
asesina. Por los argumentos fanáticos en todas las religiones, partidos
políticos, clubes de fútbol, pandillas urbanas, y más. A lado y lado de cada
bando, y detrás, están todos los que nos odian. Nos quieren ver peleando,
consumiendo, drogándonos… No quieren que estudiemos. Y si estudiamos, quieren
controlar lo que aprendemos. Si investigamos, nos tildan de locos. Si nos gusta
leer, descontinúan las primeras ediciones y maquillan las verdades que por
error se publicaron.
Con tantas cosas que se dicen, de verdad que ya no sabemos qué creer.
Quienes quieren decirnos la verdad, los silencian, les lavan de nuevo el
cerebro, los reprograman, los hackean, los hacen quedar como falsos ante la
sociedad. Todo es un teatro mental que está tomando fuerza desde la parte
virtual. Es más, y ya lo dije, y nos lo han dicho desde hace años, estamos en
un mundo controlado, pero no precisamente por lo bueno. Los que saben la verdad
están escondidos. Y pido a Dios que los cuide. También pido a Dios que guarde a
los buenos hackers, que les dé sabiduría e inteligencia, para que nos defiendan
de todos los ataques que se están planeando para que estemos todos más controlados.
Desde la parte tributaria, desde las redes sociales nos están conociendo al más
mínimo detalle. La internet ya no es libre. Casi que buscamos en un 95% por lo
que nos venden. Creemos que lo que pasó fue lo que nos contaron en el
noticiero.
Pura falsedad. Eso es. Creo que algunos informantes nos quieren decir la
verdad, pero están amenazados. Creo que hay autores que les han cerrado las
puertas de muchas revistas y libros. Terminan publicando por su cuenta. Se
arriesgan a la lluvia de ataques, incluso a que sean “silenciados”.
Gracias a Dios, aunque no sepa la verdad sobre la gran mayoría de cosas,
sé que hay una que me rescató un día: Jesús. Él es la verdad. Es mi verdad. Sus
palabras son verdad, su vida es verdad. Para mí es suficiente esto. Algún día,
Él me hará entender mucho. Por ahora, sé que solo hay una verdad en cuanto a
cada cosa y miles de mentiras sobre la misma. Sé que fui creado de manera
maravillosa e intencional por el Creador. No vengo de la casualidad, ni del
azar, ni de un primate. Tengo un propósito en este planeta y me he negado a
estar enchufado en este sistema como quiere el sistema que yo esté. He decidido
amar a las personas y usar las cosas; no lo contrario. También he resuelto que
sea mi Padre quien me guíe y no mi propia prudencia. En este proceso, sé que he
tenido y tendré muchas fallas, pero seguiré adelante, y llegaré a la meta. Y
esa es la invitación para todos. Dios los bendiga.